domingo, 7 de marzo de 2010

Soy Peor

"...Bien muchacho, es aquí, camina de frente y llegarás a San Abelardo. el pueblo no esta muy lejos seran unos 15 minutos desde este punto de la carretera a pie..."
Bajé de aquel viejo Chevrolet, destartalado por los años, con alfalfa en la parte posterior como carga, levanté mi empolvado sombrero, miré el horizonte y me dispuse a caminar.
Iba hacia ese nuevo destino mio, en donde nadie me conocería, donde dejaría atrás mi vida pasada para empezar una nueva, no quería recordar de antes ya nada, quien habia sido ni en que me convertí, simplemente ahora sería alguien tranquilo, pacífico y bueno con el resto.
Entré al pueblo y caminé por la calle principal, hasta encontrar un hotel que aparentaba ser uno de aquellos que en sus tiempos de gloria y apogeo habían sido muy lujosos y visitados, al entrar, me detuve a medio paso dentro del lugar y moví ligeramente la cabeza a la derecha, terminé de darle encuentro a mi duda al mirar con el rabillo del ojo, lo que me habia detenido.
Habia una pequeña jovencita, de aproximadamente 15 años sentada comiento un helado en la banca que estaba en la heladeria al costado del hotel, tenia una mirada impactante, casi penetrante era como si con esos dos pequeños oscuros ojos quisiera decir algo. Tenia ella el helado en un recipiente de corcho blanco con el barquillo incrustado de lado, y en la otra mano la paletilla con la que se refrescaba a cada bocado, la cual parecia nunca salir de su pequeña boca, parecia tanto disfrutar a cada segundo que en la paletilla estaba. Fue la primera vez en mi vida que me habia sentido intimidado, cerré los ojos tomé aire y seguí con mi camino.
Pedí al recepcionista una habitación y mientras el volteaba a darme la llave y hablar con el botones, giré nuevamente la cabeza y alli estaba ella, la vi a travez del gran vidrio en la puerta del hotel, cuando subia a un gran y elegante auto, volteó ella como si supiera que la estuviera viendo, sonrio y subió al auto, entocnes sólo cerre nuevamente los ojos y baje la cabeza con el pensamiento en la nada absoluta, como quien estuviera avergonzado.
"¡SEÑOR!... suba ya a su habitación, el botones le esta esperando..."
"... ¿ah? ¿botones? ohh si claro... enseguida voy - conteste aturdido - es aquel el elevador ¿verdad?..."
"...¿Se siente ud. bien señor?..."
"...Si claro hijo, descuida es sólo el calor del dia..."

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