domingo, 23 de enero de 2011

Capítulo 13 - Bus

Salió ella de mi carpa, tomó su mochila que estaba por dentro y reunió a todos. " Es hora de bajar, ya esta oscureciendo" luego salí yo y los turistas me miraron, mientras ella daba instrucciones, me sentía lijeramente avergonzado, en la carpa no habia pasado nada, simplemente nos habiamos conocido mejor... conversando.

De camino al bus y por el lago Bastyn uno de los turistas me preguntó en su mordisqueado español: "¿hey tu fuck the chica?" me puse rojo como un tomate y acelerando el paso segui bajando.



Ya en el bus, la ayudé a organizar las mochilas en el compartimento del bus mientras ellos subian. Ya cerrando la puertezuela ella me miró y me dijo: "quiero ser sincera contigo, entré a tu carpa con intenciones diferentes, más que hablar... pero me resultaste muy interesante y contigo me sentí tan bien que no quise arruinarlo" Sólo le sonreí, le tomé al mano y subí al bus. Ella se fue al costado del chofer y yo a mi asiento. Regresando a mitad del desvio que habiamos tomado para ir a las montañas Paikas, miraba por la ventana la vegetación, concentrado pensando en muchas cosas cuando sentí que ella se sentó a mi lado, giré la cabeza y ella tan sólo se recostó en mi hombro. Quedé dormido.



El bus paró, por el altoparlante el chofer indicó que esa era mi parada, la puerta del hotel.

Después de despedirme de ella, tomé mi maleta del compartimento, lo cerré y el bus partió.

La recepcionista me recibió de forma muy efusiva "¡Que tal la excursión, espero le haya agradado el viaje!" me quedó mirando con una sonrisa de oreja a oreja, "¡Fue una tarde bonita!" todo lo que contesté. Ya en el ascensor, temí que la pequeña mocosa estuviera en el pasadizo y me hiciera la conocida escena, ya que ella tenia la costumbre de tomarme por sorpresa allí siempre.

Me pareció muy raro que no pasara nada entre la puerta de mi cuarto y la del ascensor. Encendí las luces, puse la maleta encima de la cama, saqué mis llaves y efectos personales encima del tocador y noté algo raro, habia un escrito con lápiz labial color rosado "¿donde estás? ¡te estuve esperando todo el día!"



"¿Aló? si señorita, inmediatamente le agradecería me comunique con el Sr. Arevalocilla. No, pero si es urgente que me comunique con él."



"¡Sr. Arevalocilla! - exclamé - que bueno verlo, quiero enseñarle esto". Soprendido por la escritura, me dijo que no habia habitación disponible para mi cambio ya que había llegado una comitiva de gente de una gran marca de moda y lo que en cambio podia hacer era, ya que en el hotel estaban cambiando las cerraduras normales por tarjetas electromagnéticas, podía pedir que la siguiente habitación sea la mia.



A la mañana siguiente me despertaron temprano los de mantenimiento del hotel, iban a cambiar la cerradura. les dejé trabajando. Prendí mi laptop y comencé a navegar, me distraje por la internet. "toc toc, hola mi amor ¿dónde habías estado?" me sentí avergonzado, los de mantenimiento del hotel me miraron con el rabillo del ojo y sentí que me había puesto rojo tomate nuevamente. "lárgate mocosa impertinente estoy harto de ti, ¿es que siempre vas a estar con tus ilusiones? entiende, ¡entre tu y yo nunca habrá nada, ni hoy, ni nunca!" terminé de gritar, parándome de la silla y totalmente enfurecido.
Ella salió corriendo de la habitación.

En ese momento me sentí mal por mi actitud, pero a la vez estaba convencido que era lo mejor para deshacerme de ella por ese momento. Uno de los empleados que estaba arreglando la cerradura, me dijo "Señor, no es por nada pero en realidad esa niñita es la maldición de este hotel" le pregunté por que es que me decia eso y me entregó un papel con una dirección, decidí que habia que investigar.

domingo, 9 de enero de 2011

Capítulo 12 - Siesta

"y ahora, verán a su derecha las grandes montañas las cuales, están llenas de vegetación gracias la gran clima de la región. Ahora prepárense que en pocos minutos comenzaremos la caminata hasta arriba de las mismas." Había un letrero que decia "Bienvenido a las Montañas Paikas de San Abelardo" Bajamos del bus, tomámos nuestras cosas y comenzamos a ir cuesta arriba.
"Como podrán ver a la izquierda, está el lago Bastyn. Que tomó su nombre gracias a su descubridor quién bebió por primera vez su agua. Desafortunadamente sufrió un accidente bajando y nunca se encontró su cuerpo, se dice que se le ve caminando como un pequeño hombresillo de gran melena peluda y risada por todo el cuerpo y que cuando lo llaman no oye por que esa misma melena le cubre los oidos..." Me quité la ropa y me aventé al lago, llevaba conmigo un flotador de esos que parecen pequeñas colchonetas asi que después de regresar del chapuzón nadé a la orilla y lo inflé. Como la guía había dicho que tendríamos un descanzo largo en la zona por ser temprano y que tendríamos mucho tiempo para subir, decidí tomar una siesta allí.

Estaba con mis lentes de la misma linea de mi Rolex Villegano, recuerdo haber estado viendo el maravilloso paisaje que hacía la vegetación de los árboles dejando entre sus hojas pasar los fuertes rayos de sol. Era un apacible momento cuando derepnte escuché una vocesilla que me interrumpío todo. "Hola mi amor, ¿listo para tomar lo que es tuyo?" Me sentía algo raro, cuando reaccioné era ella pero ¿cómo? no la ví en el bus y estaba totalmente seguro que no había subido. No podia mover los brazos ni las piernas, estaba ella sentada encima mio en ropa de baño, me sentía atado, desesperado pero a la avez con cada beso que sentia que me daba bajando por mi cuello me iba convenciendo, pero algo en el fondo me decía que debía detenerla. Ella iba bajando por mi peso y mi corazón palpitaba más rapido, mientras sentía sus manos lentamente subir y bajar, acariciándome lentamente, seguía ella bajando. Para cuando iba pasando el ombligo sentí que era la ereción más rara que había tenido, una sensación entre miedo, temor, exitación y aventura. Entonces sus manos comenzaron a bajar mi ropa de baño, en ese momento sentí que había recobrado el poder de mis manos y piernas, el miedo y temor me embargaron haciéndome gritar el no más fuerte de toda mi vida. Lo siguiente que sentí fue el agua impactando mi cara, abrí los ojos, saliendo a la superficie y apoyándome en el flotador que estaba volteado, vi riéndose a la guía quien estaba en un traje de baño que le quedaba tan ajustado, dejando tan poco a la imaginación, la parte superior apenas y le tapaba los pezones y ni que decir de la parte inferior, me saqué los lentes que por suerte no se me habian caido, tomando una bocanada de aire la miré atontado. "¿qué pasó, te desperté? - dijo ella - vamos, no te quedes que todos nos vamos ya a seguir subiendo hasta la cima" Seguimos trepando la montaña, no podia creer que tanto me habia afectado esa mocosa que hasta en sueños la alucinaba. me iba quedando atrás del grupo, ya que daba un paso lento, fue un sueño tan absurdo, mirando hacia abajo decidiéndo que no perturbaría mi tarde con eso, vi una mano justo frente a mi "¡vamos! ¿no te quieres quedar y perder no, o quieres ser presa del pequeño peludo que ronda por aquí?" Levanté la mirada y noté lo hermosa que era la guia tenia un cabello largo y negro como la noche misma delgada y demasiado bien proporcionada, que se veía que la camiseta que llevaba a la altura del busto le apretaba, el pantaloncillo dejaba ver sus piernas tan perfectas, que eran imposibles. Sonreí y le tomé la mano "¡claro vamos!"
Llegamos a la cima de las montañas Paikas, por todo el camino ibamos conversando, ella sonreía, de lo que yo le contaba y a mi me parecían gratas su historias, acampamos alli un rato, los otros turitas quisieron acampar un poco más alejados que nosotros y otro grupo decidió ir por leña para cocinar algo descanzar y luego ya antes de que esté muy oscuro bajar al bus y retirarnos.
Después de armar mi azul carpa, entré en ella para acomodarla por dentro y protegerme un poco del sol, al cual ya me habia expuesto mucho en el lago. "mmm ¿todo bien? - preguntó ella - ¿por que no estas fuera?" Le comenté que no me podía exponer mucho tiempo al sol y que prefería descanzar que aquella caminata cuesta arriba me había agotado. Entró en mi carpa se recostó a mi lado y comenzó a coquetear.