domingo, 20 de marzo de 2011

Capítulo 14 - Tengo ganas de ser aire

Decidí ir a la dirección del papel que me había entregado este señor de mantenimiento, casi llegue a las afueras de San Abelardo. Era una casa mediana no era muy vistosa, entonces toqué el timbre. "¡hey forastero! - gritó un viejo hombre que venia a lo lejos en la calle - Allí ya no vive nadie; hace poco se mató el pobre tipo que vivía allí, ¿era usted familiar de él?"

Miré hacia abajo, en mi mano estaba el aquel papel... lo arrugué y sólo contesté "lo siento, creo que me equivoqué de casa"

Me quedé pensando en el por qué de esa reacción, caminaba hacia el hotel, algo ido con mi Itoct a todo volumen, cuando de pronto al cruce de una esquina sentí un ventarrón de aire en mi cara que me detuvo, sentí como mi chaqueta se hacía como una capa. Me dejé llevar, cerré los ojos y respirando hondo, sonreí. Continué mi camino de regreso, mi Itoct sonaba algo raro entonces me detuve a revisarlo y nuevamente el ventarrón. Mire concentrado de frente con el Itoct en la mano y serio, acenté la cabeza levemente y continué. Tan sólo 4 cuadras luego me detuve en un semáforo, nuevamente esa sensación que traía el aire me embargó, esta vez fue más extraño que las anteriores ya que fue en vez de algo fresco, algo frio y con miedo.

"...¡Muévete! ¿acaso no vez la luz? ¿estás ebrio?..." - escuché, giré la cabeza y yo estaba al medio de la calle obstaculizando el tránsito de los autos. Pensé, ¿Qué carajo, en qué momento me moví?

Llegué al hotel pregunté al recepcionista si había algo para mi, continué mi camino. Ya en el elevador pensé que sucedería lo que,cada vez que salgo y regreso, sucedería.
Me extrañó ingresar a mi habitación sin ningún sobresalto, me recosté en la cama colocando las manos como almohada y mirando al techo, con la mente en blanco y sin dejarme preocupar ya por nada más en este dia.

Las almohadas tenian un olor particular, no era el del típico suavizante con el que las lavan, era algo más concentrado o más femenino. Noté que mi cama tenia el mismo olor, entonces la destendí y encontré ropa interior femenina debajo de las sábanas, el olor fue más fuerte aún y una hoja al cosatado de esto. "... hoy estuve en tu cama, la disfruté tanto que necesité sentirla con todo mi cuerpo..." Jalé una silla, me senté al costado de la cama y prendí el último Mrah mentolado de la cajetilla que me quedaba. "...Recepción, ¿En qué puedo ayudarle?..." - "...Señorita por favor, ¿podría usted enviarme sábanas, almohadas y todo lo necesario para la cama?..." preguntó entonces ella extrañada - "... Sr, ¿No han entrado los de housekeeping a limpiar su habitación? ¿la encontró sucia?..." contesté tranquilo y con la mirada perdida en la cama - "...Si señorita, pero apagué el cigarro en ella y ahora se está incendiando..."

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