martes, 25 de mayo de 2010

Capítulo 9 - Una almohada "Azul"

Dentro de mi habitación y ya en la cama, buscando el mando a distancia del televisor, no podía creer que había pasado una muy entretenida y amena con Azul.

Dejé de pensar en eso, cuando resolví que el mando a distancia era lo que me estaba incomodando, lo retiré de entre mi espalda y la cama, encendí el televisor y busqué una película. Encontré una comedia romántica, que hace mucho tiempo no veía, pensaba en Azul.

Poco a poco fui pensando en qué habría pasado si en vez de simplemente despedirme hubieramos seguido juntos hatsa nuestras habitaciones y... ¡NO! me levanté, fui al baño, me mojé la cara y me recosté de nuevo en la cama, lo último que recuerdo es haber estado viendo la película y haber sentido una tibia y dulce caricia por mi rostro, cuando voltíe era Azul, que estaba recostada en mi cama, con una bata blanca transparente dejando relucir su bello y contorneado cuerpo, se me puso encima y comenzó a besarme. Era maravilloso poder sentir su hermoso cabello entre mis dedos y todo un lujo para mis manos ir bajando por su espalda sintiendo su suave piel, me destapó y fui sintiendo como bajaba besándome por el cuello, estaba atónito, cuando de pronto sentí algo duro en su espalda, entonces reaccioné.... desperté y era una almohada, que de alguna forma había terminado encima mio y en mi mano, lo duro, era el mando a distancia de la televisión.

Después de esa desilusión, me sentí un tremendo estúpido, boté la almohada al piso, me tapé, apagué el televisor y me recosté ya para dormir.



Como 20 minutos más tarde, tocaron la puerta, renegando me levanté pensando que sería la pequeña niña y con mala cara abrí la puerta. Grande fue mi sorpresa al ver a Azul con una bata blanca, ( intuí que no tendría nada debajo de la bata ) dos copas y una botella de vino la acompañaban, recostada en el marco de la puerta me dijo: "bueno, mejor será que continuemos conversando, ¿no?" me empujó aventándome a la cama y sin dejarme decir nada continuó hablando "creiste que yo me quedaría con una simple conversación, no yo siempre tengo lo que quiero y ahora te quiero a ti..."

Tratando de articular palabra, me pequé una cachetada tratando de ver si es que no era otro sueño y ella dijo "¿que, acaso no crees esto real? pues dejame enseñarte que tan real soy" dejó caer las copas destapando el vino, lo libó de pico, se secó cual ebrio de cantina con el brazo y con uan agresiva pero excitante mirada me dijo: "Tómame, tómame ahora" me derramó vino encima y comenzó a lamerme, a lo que sólo atiné a decir: "veo que te gusta mucho el vino ¿no?"



La detuve, ya que había notado el sonido del elevador "la puerta está abierta, la cerraré" justo en ese preciso momento vi pasar distraida al teléfono a la mamá de la pequeña y por su tono de voz parecía algo pasada de copas y por detrás a la pequeña quién al verme y aprovechando la distracción de su madre, se dirigió a su mi habitación y se dio con la sorpresa, sin palabra, me miró con cara de furia y se fue corriendo, entonces cerré la puerta.



Lo que pasó aquella noche en mi habitación se quedó allí, pero si diré que mujer como ella nunca en mi vida, que inagotable, debo decir que desperté con dolor de espalda, hambre y con una bien justificada sonrisa. "tu bata es de Ma. C. A. Biag tienes buenos gustos, la mayor parte de mi ropa interior y ternos más lujosos son de ella." le dije muy suave al oído, girando hacia mi y tomándome la cara, me dio un beso, luego me miró fijamente: "entonces quiero ver eso más tarde en mi presentación" sonreí "la ropa interior o el terno" contesté. Ya en la puerta de mi habitación me dijo: "ambos..." y se fue.

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